El correo electrónico es una herramienta clave para las empresas, y los ciberataques a través de este canal siguen siendo una amenaza constante y significativa. Además, estos ataques suelen ser el punto de partida para otros tipos de ataques. Las consecuencias son graves: no solo pueden tener implicaciones legales, sino que también dañan la reputación de la empresa y afectan seriamente a su marca.
DMARC, DKIM y SPF son cada vez más necesarios en el actual ecosistema de seguridad. Los incidentes recientes, incluidos las amenazas rusas que explotan los flujos de trabajo de OAuth para el acceso a M365, un exploit de día cero en BreachForums e importantes ataques de ransomware que afectan al condado de Cobb, Georgia, y Marks & Spencer, subrayan la naturaleza diversa y persistente de las ciberamenazas.
No te va a sorprender que te diga que los ciberataques no paran de crecer: son cada vez más numerosos, más sofisticados y afectan a más sectores. Y justo cuando más dependemos de la tecnología en nuestras empresas y en nuestra vida diaria, los riesgos digitales también se multiplican.